ENTREGA EN TODO EL MUNDO
¿Qué hay realmente en su agua potable?
El hecho de que tenga un suministro de agua municipal no significa que todo esté bien... Las sorpresas pueden suceder y suceden... cada año hay violaciones a la Ley de Agua Potable Segura, que involucran a más del 20 por ciento de las instalaciones de tratamiento de agua. Tenga en cuenta que cuando los municipios analizan, analizan el agua que sale de sus instalaciones, no el agua que aparece en su grifo.
El agua contaminada es real, por lo que cuanto más sepa sobre su agua, mejor podrá proteger a su familia.
Agua potable según las “Pautas australianas de agua potable”:
“Idealmente, el agua potable debe ser clara, incolora y bien aireada, sin sabores ni olores desagradables. No debe contener materias en suspensión, sustancias químicas nocivas o microorganismos patógenos”.
A pesar de estas pautas, nuestros suministros de agua nos llegan en el punto de consumo con muchas cualidades indeseables.
Algunos de estos incluyen:
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Cloro– Utilizado para el tratamiento de suministros de agua para eliminar muchas enfermedades transmitidas por el agua.
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bacterias– A pesar de los tratamientos iniciales, algunas formas no deseadas de bacterias aún pueden propagarse entre las instalaciones de tratamiento inicial y la fuente de agua doméstica o comercial.
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Químicos orgánicos– Muchos de estos se originan a partir de pesticidas, herbicidas, desechos comerciales y domésticos.
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Nitrato– Normalmente se atribuye al uso de fertilizantes o contaminación por aguas residuales. El nitrato reacciona con otros químicos y forma nitrito dentro del tracto digestivo. Luego puede pasar a formar carcinógenos que, en niveles excesivos, pueden causar el síndrome del bebé azul.
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Dirigir– Este metal pesado llega a nuestros suministros de agua potable entre el tratamiento inicial y el punto de uso de tuberías viejas o soldadura de plomo utilizada para unir nuevos sistemas de tuberías. El agua contaminada con plomo representa un grave riesgo para la salud de todas las edades, incluidas las dificultades de aprendizaje, los problemas de comportamiento, el retraso mental y físico, la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardíacas. El envenenamiento por plomo puede tardar años antes de que se puedan detectar los efectos, pero a menudo el daño ya está hecho.
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Aluminio– Existen vínculos claros entre el aluminio y la enfermedad de Alzheimer. El aluminio también aumenta la acidez del agua, lo que le permite absorber mayores niveles de plomo, cadmio, cobre y otros metales pesados de los sistemas de tuberías.
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Mercurio: es más probable que afecte a las personas que usan una fuente de agua natural; puede causar úlceras, irritaciones en la piel, problemas dentales, hemorragia interna, daño hepático y renal.
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Hidrocarburos poliaromáticos (PAH): se originan en tuberías de hierro fundido o acero dulce que han sido tratadas con asfalto o revestimiento bituminoso para evitar la corrosión y se cree que son cancerígenos.
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Fluoruro– Agregado a muchas de las fuentes de agua de Australia para reducir las caries dentales. La adición de fluoruro al agua municipal está prohibida en muchas naciones y se debate por estar en contradicción con la Convención de Ginebra, por ser un medicamento masivo sin receta. Vinculado a muchos defectos de salud a largo plazo. En dosis altas es letal. Más información
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Cadmio– Como el plomo se acumula en el cuerpo durante un período prolongado y puede causar calambres estomacales, daño renal y hepático.
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trihalometanos– Compuestos venenosos fuertes formados por químicos orgánicos que reaccionan con agua potable tratada con cloro. Responsable de alrededor del 10 por ciento de los cánceres de recto y vejiga según The American Journal of Public Health.